Entrando por su puerta sur en el recinto amurallado, se llega a través de estrechas callejas a la iglesia de San Miguel, cuyos muros góticos forman parte del recinto defensivo. Resulta interesante acercarse hasta la Fuente del Moro, del siglo XIV, en cuyo interior se encuentra un caño decorado con un rostro gótico que le da el nombre. Esta fuente excavada en la ladera sur de la muralla contaba con un pasadizo secreto por el cual se podía acceder al interior de la villa. Fue una manera ingeniosa de conseguir agua en los momentos de asedio.
En sus alrededores se puede visitar el Pinar de Dueñas, el bosque de pino carrasco más occidental de Europa.
Recientemente, el Círculo Internacional de Ciudades Amuralladas otorgó a Labraza el premio a la Mejor Ciudad Amurallada del mundo. Una distinción que se concede cada tres años a los proyectos innovadores en la gestión, conservación y restauración de este tipo de fortificaciones históricas.