De gran tradición agrícola, cuenta con el privilegio de ser uno de los pueblos con mayor número de bodegas de toda la comarca. Su escasa extensión de casi 10 km cuadrados está dedicada por completo al cultivo de la vid y la elaboración de vinos de alta calidad.
La riqueza hídrica, natural, cultural, enológica y gastronómica convierten a la población de Baños de Ebro en un emplazamiento único.
Resquicios de su pasado se reflejan ampliamente en los denominados “calaos”. Estos son, construcciones subterráneas de carácter vinícola excavadas a mano, bajo las viejas bodegas, en las cuales se guardaba el vino a temperatura nunca superior a 18 grados debido a su ubicación en el subsuelo.