Recurso enoturístico singular vinculado al patrimonio tangible arquitectónico y el inmaterial de la cultura del vino. Ésta es si cabe, el área con mayor carácter industrial de esta bodega, donde se ubicaban siete depósitos de trece metros de altura que en su momento, en la década de los 70, se habilitaron para almacenar medio millón de litros de vino. Magníficas estructuras de hormigón, hechas para perdurar, y que, gracias a la intervención del muralista australiano Guido Van Helten, ahora presentan un recorrido emocional y emocionante sobre todos un cada uno de los pasos que intervienen en la elaboración de los vinos de Rioja y la creación literaria. Representan magníficamente el proyecto Beber Entre Líneas. Son un recorrido que rinde homenaje a las personas que convierten en historia los oficios que lleva aparejado el vino: desde la viña hasta la elaboración, concluyendo con su degustación. La obra de Van Helten en Solar de Samaniego sigue siendo hoy en día un ejemplo único de recuperación patrimonial a través del arte de espacios en desuso dotándolos de vida propia.